Camins Vius es una ruta montañera poco conocida. Se trata de dar la vuelta
al Parc de Aigüestortes, pero no por dentro, que para eso ya está la Carros de
Foc, sino por fuera, por las 4 comarcas que comparten el parque y su zona
periférica: la Val d'Arán, l'Alta Ribagorça y los dos Pallars, el Jussà y el
Sobirà. 112 Km en total y casi 12.000 metros acumulados en ascenso y descenso.
¡Para no tomárselo a broma vaya!
La ruta va pasando por muchos pueblos típicos pirenaicos y utiliza antiguos
caminos de herradura y trashumancia recuperados algunos de ellos, otros no
tanto. De hecho en alguna zona la señalización no está muy clara, el menos yo
no la supe encontrar y más que Camins Vius en esas zonas me venía a la cabeza
otro nombre más adecuado: Camins Morts!
Se me ocurrió hacer esta ruta de la forma más inesperada posible. Un
caluroso día de Julio estaba sentado en el comedor y ojeando un número atrasado
de la revista Pirineos la ví. Pensé que parecía bastante dura, ya que el reportaje de la revista calificaba la mayoría de sus etapas
como de dificultad "media-alta" o "alta". Y esto viniendo
de donde viene, no es para tomárselo a broma. Creo que aún recuerdo un
número de años atrás donde algún iluminado (o fitipaldi-cagaprisas quedaría
mejor) daba a la subida de Góriz a Mte. Perdido un tiempo de 2h30 a 3h. ¡Toma
ya! Del mismo mismo Bilbao centro no, pero casi...
Así que me eché la manta a la cabeza que suele decirse y decidí salir del
letargo que me produce este verano canicular en la conca, donde apenas ni los
lagartos aguantan despatarrados un sofocante calor de 35-40º en las terras de
Lleida y donde los clientes brillan por su ausencia en este maldito año IV de
nuestra particular era CRISIS.
Así que el plan era hacer la ruta en más o menos 8-10 días (de 7 a 9 daban
los de Pirineos), tomándomelo con calma, llevando conmigo toda la parafernalia
de superviviente, cual mochilero-backpacker de nuevo, pero esta vez en mi propio
país. Toda la carga de comida, tienda, saco, infiernillo, esterilla, 14 Kg. a
mis sufridas espaldas y con etapas que me esperaban de 1.000 y pico metros de
subir, para luego bajarlos.
Finalmente fui acostumbrando el cuerpo a un sufrimiento tras otro, al
dolor, a la fatiga, al seguir sin preguntar. Al final suele ocurrir que
terminas no sintiéndo nada, ni el dolor, ni la fatiga, ni el peso, nada. Toda agonía desaparecía a medida que iba pasando por
paisajes inolvidables, salvando puertos y collados, llegando a pueblos con
encanto, durmiendo algún día en algún vivac improvisado, apurando la comida
hasta el límite. 8 días completos que pudieron haber sido 7 sino me hubiera
perdido en el Port de Gelada, en los que cada uno tuvo su propia historia y
personalidad. Días preciosos, cansados, con etapas durísimas, otras no tanto,
pasando por 4 puertos míticos como son Rus, Gelada, Vielha y Bonaigua,
conociendo el Pirineo de nuevo, con mis nuevos ojos, de primera mano, llegando
a los lugares a pie, sin más medios que los que caben en una modesta mochila
nepalí de 60L. Pueblos como Capdella, Taüll, Boí, Erill la Vall, Senet, Aneto,
Vielha, Escunhau, Casarilh, Garòs, Arties, Salardú, Tredós, Espot. Todos ellos con su identidad,
sus valles, sus pantanos y lagos, tarteras y picos, refugios, campings, con
charlas a media tarde sobre plano abierto planificando rutas y noches sin dormir
mucho por ronquidos ajenos. Todo el sabor y el color de la montaña, y ese olor
especial que solo se puede vivir en un Pirineo rebosante de vida en verano.
Aquí va mi report, día a día, lo iré dando por etapas, como mi serial del
Annapurna, aunque ya adelanto que ni serán 33 ni irán del final al principio.
Aquí lo dejo, por si otros se animan, por si poco a poco entre todos hacemos
que estos caminos vayan estando no muertos, sino como su nombre indica, ¡vivos
y con vida!
Día 1: de Capdella a Taüll - 22/7/2012
¿Querías taza? ¡Pues toma dos! Primer día de la ruta y nada más empezar,
sin dar tiempo a tomar aire, me espera el Port de Rus, así, como quien no
quiere la cosa. Hace justo una semana que no hago nada de montaña, el cuerpo se
muestra perezoso, desacostumbrado, somnoliento... Son las 8 de la mañana, es
domingo y me encuentro en Capdella, un pueblo casi fantasma del final de la
Vall Fosca en el que todas las veces que lo he visitado, y son ya unas cuantas,
me habré encontrado, tirando por lo alto, un total de 10 personas, dos
vacas mironas y un perro muy escandaloso.
Así que me despido de Elena, me pongo las botas, agarro la mochila y me
miro en el espejo de un coche diciéndome una vez más, esta vez en porteño:
¿pero qué carajo vinite a haser acá pelotudo?
Las mismas preguntas, las mismas respuestas |
Cuatro horas después estoy en el puerto de Rus, a 2.622m de altura, la primera vez que lo subo. El día es espléndido, un sol radiante y ni una sola nube. He subido por el precioso valle de Riqüerna haciéndome al peso, castigando al cuerpo, acostumbrándolo al dolor, a que deje de quejarse y rebelarse, ya que por mucho que lo intente quiero que sepa que no tiene nada que hacer. Mi mente sólo entiende de seguir adelante y una vez en ruta, esa decisión es irreversible, para lo bueno y lo malo, por mucho que intente ponerme en aprietos, por mucho que cuestione, que duela esto o aquello, que moleste este cartílago, aquel tendón, la otra rodilla. Da igual. Ya estoy “on the road” así que poco te queda más que gimotear lastimosamente por lo bajini.
Camino de Rus |
me reencuentro con mi viejo amigo el GR-11 |
Llegando al puerto, ya casi estoy |
y saludo al Aneto lo primero de todo |
Bien, el Port de Rus es duro, pero más por el peso que otra cosa. Las señales marcan 4h desde Capdella y eso es lo que he tardado contando paradas, lamentos varios y cargando 14Kg de insufrible mochila (posteriormente lo haría en 2h30 un día en el que iba solo sin peso, pero esa es otra historia, ¿me habré convertido en un correcaminos de esos de montaña que apenas saludan y que tanto me molestaban antes cuando me los cruzaba?)
La bajada a Taüll es monótona, aburrida, paro a cada poco, no encontrando
el ritmo. Si subir con peso es duro, bajar casi es peor, ya que la mochila te
tira aún más hacia abajo por esa maldita ley de Pitágoras, con el triángulo, los catetos, el
coseno de alfa y la madre que los parió a todos. Es lo malo de haber hecho
físicas, que además de haber estudiado algo que no sirve pa na, aunque no
quieras sabes por qué narices te molestan las leyes de la Naturaleza cuando estas
juegan en tu contra.
En fin que llego a Taüll no sin antes haber tenido que pasar por un lugar
fantasmagórico llamado el Pla de l’Ermita, con muchos hoteles y bares cerrados
a cal y canto, y carteles de se vende o se alquila colgados de las ventanas. La
crisis de las narices te persigue allí donde vayas, no importa lo lejos que
estés o lo poco o nada que quieras estar informado
Primer día duro que paso en el camping de Taüll, lo mejor es que ahora me toca montar la tienda, hacerme la comida-cena, salir a fotografiar la hermosa iglesia románica, etc, etc.
Me acuerdo de mi vida de mochilero, y sigue siendo igual de dura, aquí y en la Conchinchina!
Resumen y datos técnicos
Recorrido: Capdella-Vall de Riqüerna-Port de Rus-Vall de St. Martí-Pla de l'Ermita-Taüll
Distancia: 17 Km
Desnivel ++ 1.200m
Desnivel -- 1.084m
Acumulado: 2.294m
Dificultad: Media-Alta, sobre todo por la subida a Rus y la distancia
Dormir: en Taüll hay camping, hoteles y casas rurales
No hay comentarios:
Publicar un comentario