El barquito del primer dia |
Y la primera ruta en Laos comenzó por el Norte. Cruzando la frontera tailandesa de Chiang Khong fue la primera vez que vimos el rio Mekong. Increíble la fuerza con la que baja la corriente! No me quiero imaginar que pasaría si te caes allí, bajando bajando puede que acabases en el mar de la China! Es muy fácil pasar de un país a otro. Un botecito te cruza el rio en 5 minutos y ya estás en Laos. Además puedes conseguir el visado allí mismo. El pueblo del otro lado de la frontera se llama Houey Xai y es poco más que una calle larga con algunos restaurantes y guesthouses para turistas que hacen noche aquí para coger el barco al día siguiente. El barco te lleva en dos días a Luang Prabang, haciendo noche en un pueblito intermedio, Pakbeng. Aquí, hemos descubierto, aunque tarde ya, que hay la opción de tomar una carretera que te lleva hasta Luang Namtha, vía Udomxai, uno de los destinos más "de moda" del norte de Laos para hacer trekking. Quizá para otra vez...
El viaje en barco está bien pero acaba cansando un poco. El primer día te meten en un barco tipo bote larguísimo, bastante cutre y con asientos de autobús que son movibles, no están pegados al suelo y todo el mundo los mueve y aquello acaba siendo un desmadre. Además el bote es bastante alto y para ver las vistas has de estar continuamente levantándote. Así que después de las primeras horas en que la gente empieza con muchas ganas sacando fotos y demás, al final acabas viendo a todo el mundo dormitando despatarrado en los asientos esperando que aparezca de una vez el pueblo ese dichoso donde hay que parar a dormir...
El segundo día nos cambiaron de barco, a uno más pequeño, así que hay que madrugar y andarse con ojo para pillar sitio, sino puede que te toque pasarte el viaje entero sentado en el suelo con toda la tropa de "jóvenes-mochileros-come-patatas-bebe-cervezas". Recomendable (mas bien indispensable) llevar bastante comida y agua (o cerveza) ya que en el barco no hay (bueno hay, patatas y cervezas al doble del precio normal). En los mismos pueblos ya lo tienen en cuenta y se ven multitud de puestos donde te preparan bocatas, fried rice, noodles, fruta, galletas, bebidas y todo lo que quieras vaya.
El paisaje este segundo día merece mucho mas la pena. Comienza a verse un paisaje verde y humedo, vegetación virgen en un país que milagrosamente, apenas esta aun explotado. Vas viendo como hay poco más que pequeñas villas de casas de bamboo en las orillas del rio. Gente cuya vida gira en torno al mismo para transporte, abastecimientos y todas las cosas del día a día. A medida que llegas a Luang Prabang hay un paisaje cada vez más kárstico, con escarpadas montañas y paredes que caen verticalmente al rio. Espectacular! Me recuerda un poco a Railey Beach en Tailandia o, algo más cercano, a la zona del valle del Roncal en el Pirineo de Navarra. Salvando las distancias porque ni el rio Esca es el Mekong ni Roncal es Luang Prabang... Aunque por supuesto, cada uno tiene su encanto...
A media tarde del segundo día se llega Luang Prabang, antigua capital del reino y una villa muy cosmopolita, con una herencia del pasado colonial francés que puede verse en sus casonas de altos techos, las bakeries y sus lujosas "stylish guesthouses" en la ribera del rio Mekong con precios en consonancia...
Pero Luang Prabang da para un solo post en sí mismo. Así que todos los detalles, en el próximo capitulo...
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