25 octubre 2013

El Budismo, lo que yo he entendido de esta ¿religión?, ¿filosofía?

Sukhotahi, Tailandia
Hace tiempo que quería escribir sobre Budismo, una parte fundamental de la historia y de la cultura para entender el continente asiático. Vaya por delante que no soy para nada ningún experto y que la información que tengo es un poco mezcla de lo que he ido aprendiendo estos años, de algunos libros sobre el tema que he leído, de algunas películas y documentales, también de tirar un poco de internet o de lo que he visto en vivo y en directo en mis viajes a Asia, sobre todo de lo que veo ahora que vivo en Tailandia desde hace casi 6 meses.

Bien, empiezo que no es fácil saber por dónde. Lo primero en primer lugar. El Budismo no es una religión, al menos tal y como nosotros, los occidentales (y omitiré ya a partir de aquí lo de occidentales) entendemos una religión. No existe un Dios creador, divino hacedor de todas las cosas y del Universo. Buda no es considerado como tal por sus seguidores, sino más bien un maestro del cual entender y del que aprovechar sus enseñanzas. Creo que en el ideario budista, el concepto de Dios como ser supremo hacedor de todas las cosas no existe. ¿Las razones?

No me quedan muy claras aunque creo que hay una que es poderosa y es una forma de pensamiento ante la vida muy distinto al nuestro. Ellos no se plantean preguntas del estilo ¿quién creó a la humanidad, las cosas, el mundo, los animales y plantas, y cuando ocurrió todo esto? o las clásicas de quiénes somos, para qué estamos aquí, cuál es el sentido de la vida, somos eternos o finitos, etc. Desde su ideario, simplemente aceptan que las cosas, y al decir las cosas incluye a todas las cosas, ya estaban allí cuando ellos llegaron. Todo lo que existe es permanente y atemporal,  siempre ha existido y existirá y creo que no le ven mucho sentido a preguntarse el por qué y el para qué de esta existencia eterna, o si esta tiene un principio y un final, o de si tiene o no sentido. Las cosas simplemente son y punto. Al menos, esto es lo que me parece que piensan. ¿Sencillo? Pues lo parece. Pero a ellos también les debe parecer que somos nosotros lo que lo complicamos todo. Y puede que no les falte razón.

Bagan, Birmania

Así que nada, la primera en la frente, porque resulta que todas esas preguntas que a nosotros nos han llevado de cabeza desde el inicio de los tiempos, y que incluso ha generado cientos de guerras por las diferentes opiniones de unos y otros, a los budistas parecen importarles un comino. Así de claro. Y las bases sobre las que se sustentan la mayoría de las llamadas religiones, tienen muy claro un punto de partida, un inicio y un final, un ser supremo que todo lo maneja y unos seres inferiores a los que les está reservado mayor o menor premio en función de sus acciones en este mundo; el cielo y la salvación o la perdición del alma por la eternidad en el infierno. Ya veremos también que en el Budismo existe algo parecido, aunque un poco más "suave".

Buda fue una persona de carne y hueso, al menos eso dice la leyenda. Fue el hijo de un rey indio, nacido en Lumbini, al sur de lo que hoy es Nepal, hace más de 2.500 años. Durante los primeros años de su juventud, el príncipe Siddaharta Gautama, que es así cómo se llamaba en su nombre de "civil", vivió rodeado de lujos y de una vida alegre y sin preocupaciones. Su padre, el rey Suddhodana, estaba obsesionado con que su hijo no conociera las miserias de la existencia; el hambre, la pobreza, la enfermedad, la muerte. Hasta el punto en que poco menos que le recluyó entre las paredes de su palacio y rara era la vez que le dejaba salir más allá de sus dependencias. Cuando esto ocurría, disponía lo que hiciese falta para que su hijo no viera las calamidades de la vida, así que el día en que Siddaharta salía por ahí (que era muy de vez en cuando), el rey daba orden a todos sus siervos para que se encargaran de limpiar las calles de mendigos, enfermos o ancianos. Así eran las cosas en aquella parte de la India de hace 25 siglos.

El caso es que Siddaharta un día, supongo que un poco mosca por una situación que ya se olía a chamusquina,  se escapó por la noche sin avisar a su padre y descubrió todo el pastel. Se tropezó uno por uno con un enfermo, un viejo y un pobre y a todos ellos preguntó que les pasaba, ya que les parecían personas muy raras dado que las que él acostumbraba a frecuentar eran todas personas jóvenes y bellas en la flor de la existencia. Una vez que le fue revelado el secreto y la realidad de las cosas, Siddaharta se apesadumbró tanto por la "revelación" que había tenido, que decidió abandonar su vida superficial y de lujos y se hizo asceta. Esto le pasó a la edad de 29 años. Se cuenta que durante 6 años, hasta cumplir los 35, se torturó a base de no comer, de no tener deseos, de no hablar y de pasar el día quieto y meditando bajo los árboles, predicando la austeridad y el autocastigo corporal y de espíritu como camino para llegar a comprender la verdad y experimentar y descubrir cuál era el verdadero sentido de la existencia. Muchos ascetas y sadhus (santones) se unieron a su causa en una especie de competición por ver quién era el que era capaz de fustigarse más.

Al cabo de todos esos años y viendo que así tampoco encontraba el camino y la verdad por el hecho de predicar y practicar estos sufrimientos, entendió que ninguna de las situaciones extremas que él había vivido y conocido le llevaban al entendimiento y al encuentro de la verdad. Cuenta la leyenda que Siddhartha se pasó muchos días meditando bajo el Bodhi Tree, una clase de árbol sagrado hoy plantado en todo templo budista, dispuesto a no levantarse de allí hasta que no alcanzara la comprensión de la vida. Esto ocurrió en Bodh Gaya, una ciudad de la India al noreste del país, entre Calcutta y Varanasi, hoy uno de los 4 lugares sagrados y de peregrinación del Budismo (junto con Lumbini, donde nació, Sarnath, donde dió su primer sermón y Kushinagar, donde murió). En Bodh Gaya Siddhartha Gautama alcanzó la iluminación o Nirvana y pasó a partir de entonces a convertirse en Gautama el "Buda", que significa literalmente, en sánscrito, el iluminado, el que está despierto, aquel que ha alcanzado el entendimiento.



Luang Prabang, Laos PDR

Despierto porque alcanzar la iluminación para el Budismo es el objetivo final de la vida, el Nirvana, el despertar. Para despertar lo fundamental es darse cuenta y aceptar que la vida es sufrimiento y que lo que nos lleva a ese sufrimiento es el deseo. Deseo de cosas, materiales y espirituales, deseo de tener, de hacer, de vivir eternamente, de no morir, de no aceptar nuestro destino, etc. Deseo que no cesa nunca y que hace que nuestra mente corra como un caballo desbocado al que no podemos detener ni seguir, ni siquiera agarrar un poquito sus riendas, durante toda nuestra existencia.

Para tratar de detener, o la menos de poder cabalgar ese caballo loco de la mente, Buda propone la llamada "Middle Way", es decir, una vía intermedia entre los dos extremos que él había experimentado en su vida. Ni tanto ni tan poco, ni viva la vida loca de príncipe, ni tampoco convertirse en un ermitaño en lo alto de la montaña comiendo un grano de arroz al día. Y esta vía de en medio, esta alternativa se rige por lo que el llamo los 8 nobles principios. A saber: comprensión correcta, pensamiento correcto, hablar correcto, actuar correcto, un medio de vida correcto, esfuerzo correcto, ser consciente del momento o auto-consciencia correcta y concentración o meditación correcta.

Katmandú, Nepal

Suena bien, ¿no? Pues si la verdad, pero claro, ¿cómo se aplica algo que parece tan genérico al día a día? ¿Qué es por ejemplo eso tan etéreo de "actuar correcto"? De cómo se interpretan e "implementan" estos principios en la rutina diaria de las personas es la base sobre la que se han formado las distintas ramas del Budismo. Las dos principales y que más seguidores tienen son la Mahayana y la Theravada, algo así como Católicos y Protestantes en el Cristianismo aunque con reservas, ya que como dije al principio, el Budismo no es exactamente una religión. El caso es que a mí todo esto me parecía un poco difícil de observar o de darme cuenta de las diferencias, pero habiendo conocido países de las dos "clases" de Budismo, he llegado a algunas conclusiones en cómo la forma de ser de la gente viene determinada por estas diferencias o quizá al revés, cómo las diferentes interpretaciones de las enseñanzas de Buda, ha determinado la forma de ser de estas personas en uno u otros países. Decir que el Budismo Mahayana hoy en día se practica en Nepal, Tíbet, China, Japón, Corea, Vietnam y Taiwán, y el Theravada fue el que se expandió al Sur de la India y Sri Lanka y al Sudeste Asiático (Birmania, Tailandia, Laos y Camboya). Se podría decir, a nivel geográfico, que el Mahayana es el Budismo del Norte y el Theravada es el del Sur. Pero bien, esto  quizá sea mucho generalizar...
  
Bueno pero creo que ya me ha quedado hoy un poco largo y dejaré para una próxima entrega las diferencias entre estas dos interpretaciones y en cómo he visto yo que afecta al modo de ser de la gente de estos países.

Singapur
Chiang Mai, Tailandia
Siem Reap, Camboya

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