04 octubre 2011

"Hello World"

Una de las cosas buenas que tienen los largos, larguísimos viajes en autobús por algunos países asiáticos, en los que pasas noches enteras medio desvelado, medio dormitando, es que durante esas horas de duermevela me vienen a la memoria situaciones vividas hace mucho, mucho tiempo.
Una de estas me ocurrió en el interminable trayecto de 15 horas desde Inle Lake a Yangon, en Myanmar. Medio en sueños y escuchando música en mi iPod de repente me traslado a Octubre del año 96. 15 añitos de nada. Un poco a destiempo y con retraso comenzaba cuarto de carrera. Todavía me quedaban dos cursos por delante cuando se suponía que debía de haber acabado ese año... En una sala repleta de ordenadores, mi primer contacto con esas maquinas del diablo (bastante tardío, ya que por aquella época era un anti "cosas-que sonaran-a-demasiado-modernas") me llevo a ver escrito en una pantalla aquel simple, austero y anodino mensaje. "Hello World", la primera frase que aparecía en el primer programa de informática que debía de escribir como ejercicio.

Informática? Pero como era eso? O sea que me había pasado 5 años estudiando física y matemáticas para acabar haciendo programitas de ordenador? Algo no cuadraba.
Un poco tarde ya para elegir la especialización de física teórica, con pocas perspectivas de trabajo y sin medios económicos para estudiar fuera del País Vasco, hice la elección fácil; la de todos: Electrónica y Automática. Algo que ver con la física? Poco. Pero era tarde. Siempre era tarde. Tarde para estudiar algo que me gustara más pero no tuviera salida, tarde para marcharse de casa sin dinero, tarde para encontrar un trabajo. Siempre había alguien que ya había acabado, o que ya trabajaba, o que simplemente iba por delante en algún aspecto de la vida, por irrelevante que este fuera. Con solo 23 años ya estaba corriendo con la sensación de tiempo perdido y de tener que hacer muchas cosas en demasiado poco tiempo. Esta fue mi primera elección errónea.

Durante meses odie el camino elegido, acostumbrando a mi mente, antes libre y soñadora, a las estrechas rigideces de los condicionantes "If Else" o a los ciclos infinitos de los "Do While". Incluso llego a gustarme, un poquito, eso que se dice de que si no puedes con tu enemigo, pues ya sabes... Pero en mi interior quedaba ese resquemor de derrota, de rendición ante la primera dificultad. Con el tiempo hasta trabajaría de programador, sambenito ese que me acompañaría después durante un tiempo, hasta que pude conseguir hacer otras cosas diferentes en otros trabajos.

Terminados los estudios ya estaba trabajando. Segunda elección, segundo error. Daba igual si te gustaba o no, o si estaba relacionado "con lo tuyo", lo que diablos que "lo tuyo" pudiera o debiera ser. El caso era ir haciendo curriculum pensábamos. Y que pasaran dos o tres años, cuanto más rápido mejor, así tener más experiencia para poder acceder a mejores trabajos, mejor pagados por tanto y así de esa forma ir consiguiendo mas "estatus", de cara a ti y a los demás claro. Para nada se me paso por la cabeza tomarme un año de descanso, de pensar que hacer, como enfocar el futuro, como elegir a que dedicar los siguientes años, quizá viajar y conocer otras perspectivas, otras ideas, otras formas de vida diferentes a la oscura y programada vida que tenía preparada y que yo mismo había ido asumiendo a piñón fijo, sin mirar más que de frente, "visión túnel" que diría mi buen amigo David Arranz, simplemente porque el entorno así te lo iba marcando, poco a poco, imperceptiblemente, casi sin darte cuenta y tu, como un borrego, lo ibas aceptando sin pensar en nada mas, total, todos estábamos igual, nos lloriqueábamos unos a otros, triste y fácil consuelo…!

Total que con 27 o 28 años ya estaba en la rueda, bien metido en ella, un engranaje mas, en un buen trabajo que no me gustaba pero ganando dinero, en una ciudad que tampoco me trato muy bien al principio y sumando experiencia, "puntos" para siguientes oportunidades, como cuando acumulábamos vidas en las maquinas de marcianos, cuantas más mejor, para el día en que vinieran los malos (al final siempre acababan llegando) y te mataran todas de golpe...
Muy bien, ahora se trataba no solo de tener un buen trabajo, si no otro mejor, y si eso no me lo daban dentro, pues a buscar fuera. Mejores puestos, más dinero, cada vez menos libertad, de tiempo, de pensamiento, de espíritu, alienado en un modo de funcionamiento uniforme, todos hablando de las mismas cosas, todos pensando lo mismo, todos quejándonos de lo mismo. 

Después de muchos años, de llevar un estilo de vida en el que todo eran objetivos sin importar el camino, vino el crash. Como si no? Como puedes vivir en equilibrio y armonía si no crees en lo que haces?, si trabajas para aquellos contra los que siempre luchaste?, si te alimentas de formas de vida que no querrías dañar?, si vives rodeado de personas que no caminan en tu dirección?, si sientes que el camino elegido es exactamente aquel del que siempre huiste? Así que después de asomarme al abismo y ver la muerte como algo muy distinto a ese lejano y poético ideal de juventud, decidí cambiar. No fue fácil ni cuestión de días. Me costó deshacerme de todas aquellas cosas a las que me había acostumbrado, aquellos lugares, aquellos momentos, las personas a las que tanto quise, las referencias construidas con tanto esfuerzo, los trabajos que me generaban la frustración pero de los que era dependiente y que alimentaban el que todo siguiera igual.

Y esta vez no me importo volver a ser programador, pero no para escribir aquel insulso "Hello World", sino para ser el escritor del software de mi nueva vida. Convertido en mi propio Neo, luche por salir del Matrix que me engullía para escribir mi "Iñaki Reloaded", mi versión 2.0. Esta vez no me tome pastilla alguna, ni la roja ni la azul, ya no las necesitaba. Como yo soy el Arquitecto, yo soy el dueño de mi vida y escojo mi destino y mi tiempo. Ahora, con cerca de casi 40, ya no tengo la prisa que tenia con 25, esa maldita prisa por convertirme en uno más, en refugiarse en lo malo conocido en lugar de explorar, en decidir siempre con el miedo como amenaza, en seguir una línea marcada que lleva al camino una y mil veces repetido, avocado tarde o temprano, al irremediable fracaso.  Paradójicamente, siento que tengo más tiempo ahora por delante del que sentía que tenía hace 15 años. 

Así es como ahora escribo mi particular "Hello World", para decirle al mundo que estoy aquí, que voy a vivir la juventud que hubiera querido vivir, ahora a los 40. Que voy a realizar mis sueños, que voy a ser lo que siempre quise ser; viajero, escritor, subir montañas, guiar y enseñar a las personas que quieran esos lugares que tanto amo, que tanto me han dado. Y que lo voy a conseguir. Que voy a ser capaz de vivir de lo que me apasiona, que voy a empezar y terminar mis proyectos con ilusión, que me voy a volcar en ello, que me voy a dejar la piel para que salga adelante. Y como esta vez creo en lo que hago, el resultado no puede ser otro que el éxito. Un éxito modesto, quizá no vaya a subir ochomiles o ser un escritor famoso (eso lo dejo para más adelante) pero poder dedicarme y vivir de aquello que me apasiona, para mi será el gran éxito de mi vida.

Quizá así pueda cerrar el círculo, ese que quedo abierto hace tanto tiempo, y al que para llegar de nuevo he tenido que dar tantas vueltas. Ojala lo consiga, creo firmemente en que así será

Por eso ahora escribo "Hello to my New World"

2 comentarios:

  1. Vaya pedazo de post, no lo habia visto... Enhorabuena amor mio, ahora si que llevas tu el timon del barco!!! tqm

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