14 febrero 2012

Tribulaciones de un meditador

Desde hace unos meses hago meditación. No es que sea un experto, más bien al contrario y tampoco la hago de forma muy frecuente, va por temporadas. Fue el año pasado en Thailandia que me dio por empezar y por las mañanas, después de una tablita de ejercicios medio de estiramientos, medio de yoga, luego me da por estar diez minutitos meditando.
No sigo ningún método concreto o escuela, soy un poco anárquico en eso. Me siento, cruzo las piernas e intento quedarme lo más cerca posible de la posición de loto que mi escasa flexibilidad permite. A veces me siento sobre algún cojín para ayudar, otras me apoyo en la pared para no caerme hacia atrás como un vulgar escarabajo pelotero. A veces me da por talibanizarme y entonces ni cojines ni pared ni nada. Los resultados suelen ser desastrosos en esas ocasiones.

En cuanto a meditar en sí mismo es algo curioso. Resulta que allá donde he leído y todas las personas con las que he hablado que lo practican dicen lo mismo: no se trata de dejar la mente en blanco y no pensar, si no que has de dejar que los pensamientos simplemente fluyan, sin agarrarte a ellos. Verlos venir, observar y verlos pasar. ¡Como si fuera así de fácil! Me decía al principio. Tú te sientas, te acomodas como puedes, tratas de no darte la vuelta hacia atrás como una tortilla francesa y en ese mismo momento empiezas a pensar, bueno, tu no, tu mente: joder va a venir una factura de gas que te cagas y yo aquí sentado haciendo el payaso. Chsssssss a callar, le digo, ¡que estoy meditando!

Es curioso comprobar como de verdad la mente es algo exterior a ti, no eres tú, es algo creado por el exterior para dominarte, para apartarte de tu esencia. O eso dicen. O eso dice la mente que los demás dicen… Durante los meses que llevo meditando me he enfrentado a ella cada dos por tres durante el tiempo que duraba mi sesión de meditación. Al principio sus boicots eran muy evidentes, iba lo que se dice a saco: Primero se metía con mi indumentaria, claro, uno tampoco es que se maquee mucho recién levantado de la cama, pero entiendo que mis pantalones de Alí Baba indios no le pongan demasiado ¿pero a dónde vas con esa facha? Anda anda, levántate y ponte a hacer algo productivo, ¡vago! Después ya comienza a tirar a matar tocando temas más delicados, como trabajo, profesión, etc. No parece tener muy en cuenta cómo está el mundo… Así va el país con gente como tú, el mundo en crisis y tu aquí haciendo el indio y rezando al jarekrisna ese de los huevos

La muy cabrona conseguía sus propósitos y al cabo de unos 5 minutos terminaba, me consolaba a mí mismo diciéndome un “bueno, poc a poc” o “ya vendrán tiempos mejores” o lamentos tipo “joder cómo me duelen las rodillas” y otras cosas por el estilo…

Después, cuando ella ha ido viendo que pasaba el tiempo y he seguido con el tema, ha cambiado de estrategia: Te vas a enterar debió decir. Picores, dolores por todas partes, piernas entumecidas, pies dormidos, tics en la cara, brazos, hombros, todo valía para hacerme levantar antes de los diez minutos. Y la cháchara de siempre: "tienes que hacer esto, lo otro, date prisa, se te va a olvidar tal o cual, ¿Es que no me oyes? ¿Qué carajo andas aquí perdiendo el tiempo gandul?

Pero he notado que últimamente la jodida tiene miedo. Debe haberse dado cuenta que voy en serio y que ya llevo casi 9 meses, aunque con diferente intensidad, pero que no lo he dejado. Joder este cabrón va en serio, se está leyendo libros tibetanos, al muy capullo le están lavando el cerebro para que pase de mí, será mi muerte, tengo que ser más agresiva, ir más a saco, ¡se va a enterar!, ¡no sabe quién soy yo!

Así que he llegado al punto en que puedo estarme 20 minutos seguidos, para mí toda una hazaña y noto que ella ha cambiado. Ahora ya ha bajado el tono, ahora trata de dialogar, de engatusarme. “Me necesitas. ¿No ves que yo no te hago mal? Solo quiero lo mejor para ti… Mira gracias a mí qué dialogo más bonito te ha salido para tu libro, para tu Blog, para que luego digas que no me necesitas, que soy mala, que soy tu perdición, que te volveré loco"

Como ve que la voy haciendo cada vez menos caso, también se pone en plan víctima. Es que se las sabe todas: "Pero si yo solo quiero lo mejor para ti y tu mira como me tratas, me quieres arrinconar, quieres enjaularme y solo escucharme cuando a ti te convenga. Eres un egoísta, debí de haberlo supuesto, en el fondo todos sois iguales, ya me lo decía mi madre. Me has utilizado todos estos años, he hecho de ti un hombre de provecho, siempre ocupándome de que no te faltara de nada, siempre pendiente de todo y mira ahora.... ¡Así me lo pagas!¡Ay qué desgraciada soy!

Ya digo que no soy ningún experto pero el caso es que siento que quizá algo dentro de mí esté cambiando para haber llegado a este estado. ¡Ja!, eso es lo que tú te crees, no te vas a librar de mí tan fácilmente, no te voy a dejar ni de noche ni de día, te voy a perseguir, te voy a acusar de abandono ante los tribunales. Y venga déjate de chorradas por hoy que es sábado y dan el futbol: pon la tele que me quiero relajar un poquito que vaya día que me has dado hoy, ¡vaya día!

1 comentario:

  1. Voldria expressar la meva absoluta solidaritat amb la teva ment, pobreta. Si és que tots sou iguals! ^^ Per cert, que això de meditar quiet no sé si pot ser bo per la salut eh! a mi m'agafaria un iuiu de ca l'ample. A la que puc, me'n vaig a meditar-me al damunt a Montserrat o pel voltant de casa, que ve a ser el mateix :P

    ResponderEliminar

Antiguas civilizaciones de Asia

El   Sudeste Asiático   es uno de los pocos lugares del mundo en el que aun podemos deleitarnos con el conocimiento de   civilizaciones...