Puede que haya gente que no crea lo que voy a
contar ahora. Yo hace tiempo tampoco lo creía.
Me da igual.
Imagínate la película. Amanece otro día. Te
levantas. Compruebas que después de más de un mes, sale el Sol por tu ventana,
esta vez sin ser ninguna metáfora poética. Dices, que bien, hoy podré hacer esa salida
montañera tantos días pospuesta. Por fin!
Pues no. Hoy resulta que el día sí que es el adecuado,
pero tu cuerpo dice que hoy no toca. Que la edad no perdona y los achaques
varios se han unido en el mismo día para ir a una manifestación todos juntos. Una especie de
marea blanca interior que te recuerda que ya no tienes 20 años, sino justo 2
veces esa cantidad.