Sigo con el tema de Budismo. En la anterior entrada me quedé describiendo las dos grandes corrientes Budistas, la Mahayana y la Theravada. Pero quizá antes de poder seguir con esto, tenga que explicar algunas cosas más. Bien, partimos de que Buda se iluminó, es decir, alcanzó el Nirvana, la comprensión completa, el despertar y la liberación del alma o karma. Entonces terminó su existencia, es decir, murió, pero no sólo su persona física, también su alma, ya que ya había cumplido con su cometido en la vida. ¿Qué significa todo esto?, se estará preguntando alguno. No suframos, yo todavía sigo haciéndolo...
El Budismo postula que la vida es sufrimiento, que el alma humana, o karma, vaga por los siglos y milenios reencarnadose en cientos, miles de formas de vida. A diferencia del Cristianismo, en el que la resurrección de los muertos sólo ocurre una vez y ésta significa que la persona, tal y como la conocemos, revive literalmente, con su misma personalidad, rasgos físicos, conciencia, pensamientos y personalidad, en el Budismo la reencarnación es un concepto un poco diferente. El karma, una entidad incorpórea y etérea, se reencarna pero por medio de una especie de apropiación (no sabemos si indebida o no) de alguna forma de vida, pasada o futura y no siempre necesariamente humana.
El Budismo postula que la vida es sufrimiento, que el alma humana, o karma, vaga por los siglos y milenios reencarnadose en cientos, miles de formas de vida. A diferencia del Cristianismo, en el que la resurrección de los muertos sólo ocurre una vez y ésta significa que la persona, tal y como la conocemos, revive literalmente, con su misma personalidad, rasgos físicos, conciencia, pensamientos y personalidad, en el Budismo la reencarnación es un concepto un poco diferente. El karma, una entidad incorpórea y etérea, se reencarna pero por medio de una especie de apropiación (no sabemos si indebida o no) de alguna forma de vida, pasada o futura y no siempre necesariamente humana.