Me acorde
entonces de una frase con la que hacíamos un chiste en la Facultad, casi 20 años
han pasado ya de aquello. Y era: "supongamos una gallina completamente
esférica y de masa despreciable..." Teníamos muchos de esos chistes de físicos, chistes malos malos que por supuesto sólo entendíamos nosotros, pero este
era uno de los que se llevaba la palma. Hacía referencia a la constante simplificación de las
condiciones que había que hacer para poder resolver un problema
dado. Que si no había rozamiento, que si la masa de los planetas más alejados
era despreciable, que si las superficies eran lisas, impolutas y sin ningún
defecto, anomalía o simple bollo (de ahí lo de esférica), que si las galaxias no se desplazaban, que si las perturbaciones electromagnéticas del exterior eran despreciables (eso sería antes porque ahora...) Pues bien nosotros
todo esto, hartos ya de tanta tontería, de estar estudiando situaciones irreales muchas veces, lo resumíamos en la frase de la gallina. Porque claro, en la vida real, ¿cómo va
a existir una gallina que sea esférica y que no tenga masa? Eso era la física
para nosotros, algo teórico y alejado del mundo, que cuando chocaba directamente contra la
realidad de las cosas, fallaba más que una escopeta de feria. Y por eso fue que
me vino a la cabeza esta frase mirando las fotos de Marruecos. Porque quizá en algún momento, planficando el viaje, la ruta, los días aquí o allá, igual me dio por pensar incoscientemente que sí, que la gallina era esférica y sin masa... Uno hace
planes, imagina situaciones, piensa que podrá vivir esto o aquello pero no se
da cuenta que cuando sale de la confortable área
"desarrollada" de nuestro planeta, de eso que ahora está tan de moda de llamar la "zona de confort", donde efectivamente las gallinas
son esféricas, sin masa, sosas, aburridas y predecibles, las cosas, por suerte, cambian de pleno. Las
gallinas comienzan a tener alas, patas con las que caminan por carreteras de
polvo, no solo tienen masa despreciable sino que están gordas y sebosas y no
dejan de picotearte en los ojos allá por donde caminas.
Dejando
España y entrando en Marruecos, pude comprobar que no existen ni existirán
nunca las gallinas esféricas ni las demás tonterías que
el método científico se empeña en describir. Tu tratas de entender, de estudiar
previamente cómo será el país, qué culturas te encontraras, còmo podrás ir de aquí
para allá, que días dedicaras a hacer esto o lo otro y no te das cuenta de que estás
fabricando tu gallina perfecta, completamente esférica, sin patas, sin cresta, sin alas
ni cola. Y luego resulta que cuando llegas a este lugar, pierdes todas las
referencias y a tu gallina le salen protuberancias por todas partes, te la
convierten en una elipsoide deforme a la mínima que te das cuenta y piensas en
que quizá lo que vivimos en la Universidad y lo que vivimos en nuestro país y en la vida, no
sea más que una forma absurda de idealizar el mundo, de pensar que podemos con
todo, que seremos capaces de entender y manejar situaciones para las que
nuestro orgullo y prepotencia no nos ha dejado ver en realidad.
Durante
15 días en Marruecos, salieron a la luz unos prejuicios que pensaba que no
estaban y con la misma rapidez al final del viaje ya se me habían caído por la
borda. La gente que nos encontramos en el camino fue de todo menos mala. En
Marruecos no solo hay moros-mierda, traficantes de costo (hachís), manguis y quinquis como pensamos en la península.
Dios, que gilipollas que somos, españolitos incultos y cazurros con dinero
viajando por el mundo! Claro que te la van a intentar colar, claro que son
pesados, claro que no te dejan en paz y tratan de sacarte dinero vendiéndote
cualquier baratija. Pero la forma en que lo hacen, el respeto, la sencillez, la
amabilidad, la chufla y disposición de la gente a ayudarte no tiene comparación con lo que
nosotros pensamos "allí arriba" de ellos. En esos 15 días nos encontramos
gente noble, gente amable y hospitalaria, gente orgullosa de su tierra y de su país,
de querer mostrarnos a nosotros lo que no entendemos, que Marruecos es un lugar
con una historia y cultura milenaria, que es un país rico en recursos gobernado
por elites corruptas, que el pueblo se compone de personas educadas, valientes,
solidaria como todo el mundo árabe y que ya está bien de creernos toda esa
mierda que nos venden por la televisión y los periódicos.
Cuando
me paro a pensarlo me sorprendo. Es increíble lo cerca que tenemos de nosotros
la forma de sumergirnos en una cultura diferente, de comprender otras formas de
vida y de comportamiento y sin embargo qué lejos estamos los unos de los otros.
Marruecos está a un paso de España, de Occidente con sus prejuicios y sus
clichés y sin embargo no nos damos cuenta ni nos damos el tiempo para viajar a ella. No hace falta irse a la India a
8.000 kilómetros a tener tu primera "experiencia religiosa" sentado al lado del Ganges. Marruecos
está a menos de dos horas en avión desde España y es como sumergirte en otro
planeta de golpe y porrazo. Por eso recomiendo viajar allí por unos días, 10,
dos semanas, 1 mes, lo que sea. Es la mejor forma de prepararse para comenzar a
entender y ver el mundo con otros ojos, desde otra perspectiva y con otra luz
diferente de la que estamos acostumbrados.
Bájate
a Marruecos y disfruta de la experiencia, y de paso podrás disfrutar de
paisajes increíbles, perderte por las medinas, unas puestas de Sol memorables, playas vírgenes y por supuesto, el desierto. Esta sí que será
una experiencia religiosa de verdad.
Puede que se te caiga la venda de los ojos y ya no te importará comprobar como la gallina, ovalada, obesa y con plumas es así, incluso más hermosa.
Fotos de Marrakech
Fotos de Gargantas del Todra, Dades, Desierto de Merzouga y el Atlas
Fotos de Marrakech
Fotos de Gargantas del Todra, Dades, Desierto de Merzouga y el Atlas
No hay comentarios:
Publicar un comentario