29 junio 2011

Durian. The King Of The Fruits

Durian abierto y gajos
Hace un tiempo hable de frutas exóticas y pase un poco por encima una que en aquel momento no conocía mucho. Hoy, después de unos meses, creo que estoy enganchado al rey de las frutas: el Durian.

Al principio lo confundí con la Jack Fruit, pensando que esta (la Jack Fruit) era como la evolución de la otra (Durian) cuando envejecía. Pero no. Son de la misma familia, pero no tienen nada que ver. El Jack Fruit es mucho más grande y su cascara tiene muchos pinchos muy pequeños, mientras que el Durian es más pequeño y con una cascara con pinchos grandes. 

Arbol de JackFruit
Por dentro, el Jack Fruit se compone de muchos gajos pequeñitos muy olorosos, con un sabor dulce pero con un puntillo amargo, como entre melocotón y plátano. La textura de la carne es un poco fibrosa, quizá parecida a la del coco. En el Durian, hay solo 2 o 3 gajos, pero estos son enormes. La carne es tierna y suave y el sabor es... bueno, el sabor es incomparable. Es un delicioso manjar, de textura cremosa y dulce, casi como si te comieras un pastel. Es algo que solo se puede entender experimentándolo. Además, yo diría que es adictivo. Últimamente necesito buscar cada vez con más frecuencia mi ración de Durian. Antes, una o dos veces por semana; ahora, una cada dos días, como poco... Y esto esta afectándome seriamente al bolsillo, ya que es una fruta bastante cara. Pero en cuanto empiezas a comerte una bandejita, se te olvida de inmediato el dineral que has pagado por ella...

Y esto si te gusta, claro, porque también hay acérrimos detractores del Durian. El motivo? El olor tan fuerte que desprende. A mucha gente le resulta insoportable, hasta el punto de no poder acercarse a él. Cuando vas por la calle, enseguida notas la presencia de un puesto de vendedor de esta fruta en las cercanías. Lo hueles, lo percibes, mucho antes de acercarte y mucho después de alejarte. Muchos dicen que huele a cloaca, o a podrido, o a calcetín viejo, o a queso revenido y no se a cuantas cosas más. En muchos sitios como hoteles, transportes o aeropuertos está totalmente prohibido comerlo por el olor. Es curioso encontrarte con una señal de esas de tráfico de prohibición con el dibujo de la fruta dentro y el mensaje de "No Durian". No sé cuántas veces hemos tenido que esconderlo o llevarlo disimuladamente para subirlo a la habitación del hotel en el que nos alojábamos... 

La verdad es que si que es fuerte, pero al final me he acostumbrado a su olor y me encanta. Todo, su textura, su olor y el sabor que te deja en la boca incluso horas después de habértelo comido es algo que no se puede explicar. No sé donde leí que cierto escritor europeo del siglo XXVIII o XIX dijo que solo por conocer el Durian ya se justificaba una visita a Oriente. Al principio pensaba "Que exagerado!". Ahora creo que empiezo a entenderle...
Prohibido!!
En el Sureste Asiático el Durian es mucho más que una fruta. Es una seña de identidad, casi una institución. De hecho el titulo de este post no es inventado. Lo llaman el Rey de las Frutas. Los locales se ríen cuando nos ven a los extranjeros comerlo. Piensan que no vamos a ser capaces de aguantar el olor. Se acercan y te preguntan si te gusta, o te miran la bandejita curiosos y te preguntan cuánto te costo, para saber si pagaste mucho o te dieron el precio justo por ella. En Singapur, por ejemplo, la un famoso teatro llamado The Explanade esta formado por dos enormes cúpulas que simbolizan esta fruta. Y muchos dicen que la cabeza de las estatuas de los Budas está inspirada en la corteza de esta fruta...
Cabeza de Buda y Durian...
Por detras se ve mas la forma de Durian...
Cabeza de Durian, sin duda!
The Explanade, Singapur
Leyenda o realidad, el caso es que para mí, el Durian ha sido uno de los grandes descubrimientos de este viaje


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