30 agosto 2011

Centro y Sur de Vietnam: desde Hue hasta el Mekong

El tio Ho esta en cada esquina y rincon de Vietnam
Ya estoy fuera de Vietnam. Hace dos días que llegue a Phnom Penh, la capital de Camboya, otra más de las ciudades que ya hemos visitado a orillas del Mekong (Luang Prabang, Vientiane y Pakse en Laos; Can Tho en Vietnam y ahora Phnom Penh en Camboya). El viaje (en bus) fue bastante largo, cruzando la frontera en Bavet desde Ho Chi Minh y durando 9 pesadísimas horas que en teoría tenían que haber sido solo 6...
Elena llega hoy desde Hanói, vía Saigón, a la espera de recibir el visado de salida del país y de que no haya ningún problema de última hora con los de inmigración.

En resumen Vietnam nos ha decepcionado bastante. Antes de ir hacia allí, la gente que nos encontrábamos y que ya habían estado, nos decían prácticamente todos lo mismo. Que la gente era bastante arisca, muy pesados y que habías de ir con mucho ojo porque siempre intentaban colártela con los precios, las facturas, etc. Pues bien, contrariamente a lo que nos esperábamos, nosotros apenas hemos tenido problemas en ese aspecto. Poco más de un par de cuentas mal sumadas y alguna que otra pirulilla sin mayor importancia, pero resueltas sin mayores problemas. Excepción claro está, de la loca de Sapa que nos tiro el menú por los aires... Pero de eso parece que ya haya pasado tantiiisimo tiempo...!

Otra cosa es la de los abusivos precios para turistas. Aquí si que tienes que regatear duro y continuadamente si no quieres que tus gastos más elementales se disparen. Ejemplos son la fruta, la comida, las botellas de agua, los precios del alojamiento, las mototaxis... Incluso hasta en una farmacia tuve que regatear el ibuprofeno cuando me pedían casi 3€ por una tira; 3€!!! Si ese precio ya seria incluso caro en Europa (que digo caro? cariiiisimoo!!) imaginaros el dineral que supone aquí. Pero que hasta en una farmacia intenten sablearte y te pidan por algo tan básico 10 veces su precio normal, me parece muy fuerte!

La clave es tomártelo con filosofía. Yo al final ya me reía y todo con los vendedores de gafas o de fruta cuando me pedían 5 o 6 veces el precio final y les decía: "que conozco los precioooossss, que compro cada diaaa, que yo vivo en Vietnam..!" y ellos tambien se reían. Al final he acabado pagando 30 o 40 mil dongs (1 € o 1,5 €) por 3 kilos de fruta cuando me pedían inicialmente 150 o 180 mil! (5 y 6 € respectivamente!). Lo mejor es no enfadarse y reírse lo máximo posible, aprender algún número en vietnamita y la cosa marchara más fácil. Tambien he comprobado que todo iba mejor al ponerte en cuclillas y hablar con ellos así. No sé si será casualidad o no, pero es como si te pusieras a su nivel y no te vieran como un despótico e inflexible gigantón extranjero que trata de someterlos. Aquí hay que andarse con mucho ojo en esas cosas debido al turbulento pasado de esta gente con años y años de ocupaciones y guerras. Bueno, igual es una paranoia mental mía, pero cuando he empezado a hacerlo así, a hablar despacio, a reírme cuando me daban un precio desorbitado en lugar de enfadarme, a agacharme y hablar con ellos a su altura, casi siempre he conseguido salirme con la mía. Muchas veces, lo notabas que habías sacado un buen precio cuando se iban medio risueños, medio enfadados diciéndome, "ehhh chuuu, guud prai, guud prai" (ehhh you, good price, good price). Supongo que pensarían, "vaya, un guiri al que no se la he podido colar". Pobre del que les viniera después...

El caso es que no es por ahí por donde nos viene la decepción. Más bien porque el país nos ha parecido excesivamente masificado, turistizado, urbanizado, ruidoso, contaminado..., con todo lo que conllevan estas cosas. Para nada nos esperábamos esto, y mucho menos viniendo de Laos, en un incipiente estado de crecimiento con casi todo el país verde y virgen y aun sin explotar (ya veremos lo que dura, ya). 

Hay pocos sitios en Vietnam donde las cosas fluyan tranquilas, en paz o sin agobios, con gente y motos por todas partes. Ho Chi Minh, por ejemplo (o Saigón, que es como los locales prefieren seguir llamándola) es la ciudad más poblada de Vietnam con casi 9 millones de habitantes y unos 5 millones de motos. Algo increíble! Hay aceras por las que es literalmente imposible pasar debido a la maraña de motos que se encuentran aparcadas allí. Y cruzar una calle se convierte en toda una experiencia, esquivando motos y motos que se frenan en el último instante para no llevarte por delante. Eso sí, todo el mundo es cuidadoso y apenas he visto que haya accidentes, algo increíble habiendo la cantidad de motos que hay. No hay más que recordar la cantidad de accidentes que hay en Barcelona y con muchísimas menos motos. 
Toda proteccion es poca!

Y es que aquí la norma es: preocúpate de no chocarte tú con nadie que los demás ya se preocuparan de no hacerlo contigo. Y funciona! Las dos veces que hemos alquilado una moto en Vietnam, en Hue y en Nha Trang, yo apenas me preocupaba de nada más que de evitar al resto (bueno, y nada menos! ya que fácil no era...). Para nada miraba a los que me venían por detrás o los laterales, ya que si así lo hubiera hecho, hubiera sido imposible estar atento a no chocarte con ellos, son tantísimos...! Así que deje mi seguridad en manos de los demás y yo me preocupe de la seguridad de ellos. En algún sitio leí que eso era lo más cercano que Vietnam había estado nunca del concepto de comunismo, y puede ser que sea verdad, jaja.
En cuanto a los lugares visitados, aquí esta vez hemos hecho de turistas totales, ya que no nos hemos salido de la ruta habitual para nada, cosa que por otro lado hubiera sido bastante complicada y tampoco muy apetecible, dadas las dificultades de comunicación, tanto en el sentido del idioma como en la de desplazarse fuera de las rutas más trilladas.

Tumba del emperador Minh Manh
En la Ciudadela
Entre cirios e inciensos..
Después de nuestra amarga experiencia en el norte, pudimos disfrutar un poco en Hue y Hoi An. Hue es una ciudad imperial y llena de historia. Fue capital de Vietnam durante casi 150 años (hasta 1947) y centro de poder de la dinastía Nyugen. La Ciudadela y las tumbas de los emperadores son una visita casi obligada. Nosotros visitamos la Ciudadela y nos gusto mucho, estuvimos casi 4h allí, tranquilamente y salimos con la sensación de "hombre, por fin algo que merece la pena!". De tumbas solo fuimos a una, la de Minh Manh, porque nos olíamos que todas serian muy parecidas y la verdad es que las visitas a estos lugares cansan mucho (no sé si será ya la edad o que...). El sitio bien, pero joder, la tumba al final de todo, en lo alto de un montículo vallado y cerrada! Bueno, al menos el resto de patios y templitos estuvieron bien, así que mereció bien la pena vaya! En Hue volvimos a encontrar Durian, buenisimoo (eso ya lo conté en otro post) y sobre todo pasamos mucho, pero que mucho calor!
Preciosa la Ciudadela de Hue

De allí fuimos a Hoi An. A mi Hoi An hace 10 o 15 años me hubiera encantado. Habría alucinado con todas esas casas coloniales convertidas en hoteles, tiendas y restaurantes muy fashion y pijisimas pastelerías. Hoy, a pesar de no disgustarme del todo, no dejo de parecerme un lugar artificial y turístico de los que puede haber cientos en el mundo, por mucho que las Unescos de turno los declaren patrimonio del mundo mundial. Una disneylandia multicolor con todo preparado por y para que el turista se vaya bien satisfecho a su casa, posiblemente con varias baratijas y algunos trajes hechos a medida (en tan solo 10 horas) debajo del brazo. Además llegamos en un día de festival, con todo a reventar y sufriendo hasta el último momento para encontrar un hotel (en la Conchinchina, por cierto), donde tuvimos que pagar 20$ la noche, toda una fortuna aquí. Pero era o eso, o dormir a la intemperie...

La playa sí que mereció la pena, a la que fuimos en bici el segundo día y donde pasamos unas horas bajo una sombrilla tumbados, leyendo y tomándonos un shake. Una buena tarde de "deja vu" recordando mejores tiempos y mejores playas en Goa y Tailandia...

Después de la playa nos esperaba el bus hacia Nha Trang, una noche de perros sin apenas dormir en esos ataúdes llamados "sleeping bus"... Y en Nha Trang vino lo ya conocido. El robo del bolso de Elena en la playa y todo el follón posterior al estar el pasaporte dentro. Pasamos 3 o 4 días bastante malos, pensando que se nos venía abajo todo el viaje y muy frustrados por la poca ayuda que encontramos, ni de la policía ni de la del primer hotel donde estuvimos. Pero bueno, el tiempo pasa y las cosas han ido arreglándose poco a poco y aquello que parecía el fin del mundo al principio, hoy es una anécdota mas, amarga, pero anécdota al fin y al cabo. A pesar de haber tenido que alterar nuestros planes, hemos sabido rehacernos y ahora tenemos ganas e ilusión de continuar adelante en esta ya última etapa del viaje.

Y así continuo el viaje. De allí yo baje a Saigón y ella a Hanói a tramitar el nuevo pasaporte. No era cuestión de volver los dos a Hanói ya que mi visado tambien expiraba en unos días y tampoco quería para nada alargarlo con las ganas que ya teníamos de dejar el país. Así que como la película esa de tu a Boston y yo a California, nos fuimos cada uno a la otra punta del país, separados por casi 2.000 km!

Yo desde allí visite Saigón, una ciudad enorme e inabarcable, una extraña mezcla de ruido, gente y caos asiático combinados con un aire occidental de modernos edificios de oficinas y hoteles de lujo, asomando emergentes en el horizonte. Desde allí fui a los famosos túneles de Cu Chi, desde donde el Vietcong montaba sus operaciones contra los americanos y los vietnamitas del sur durante la guerra. La visita no está mal, pero me esperaba algo más la verdad. Lo más sorprendente fue comprobar cómo esta gente era capaz de desplazarse por unos túneles minúsculos con enorme rapidez. Yo me metí en uno de ellos, y pude sentir una sensación de claustrofobia y agobio difícil de describir. Y eso que solo fueron 200m y ese túnel lo habían ensanchado para que los turistas pudiesen entrar en él. No me puedo imaginar cómo serian los de verdad! Solo 200 metros andando en cuclillas y a veces arrastrándome como un pendejo por el suelo, que me provocaron unas agujetas de campeonato en los cuádriceps durante los siguientes días. Ay! (otra vez) la edad...!

Tambien fui a ver un templo Caodaista, una extraña religión minoritaria practicada en el Sur de Vietnam que es una mezcla de taoísmo, budismo, cristianismo, islamismo, vamos, un batiburrillo de "ismos" en el que no hay dios quien se aclare. El templo, curiosísimo, una mezcla tambien de arquitectura oriental y europea y la misa a la que asistí, todo un espectáculo. Muy recomendable.

De Saigón me fui para el Delta del Mekong, decepcionante del todo. Súper urbanizado, contaminado y feo, muy feo. Si alguien quiere ver el Mekong de verdad, que se vaya a Laos, a Pakse y 4000 islas. Ahí si que disfrutara de los paisajes, los verdísimos campos de arroz y las nubes blancas de algodón en el cielo azul. En Vietnam todo eso se ha perdido ya, si es que alguna vez lo hubo y ahora no se ve más que cemento y basura allá por donde vas.

Y de nuevo Saigón para ya pasar a Camboya, Phnom Penh, su capital. En definitiva una experiencia en Vietnam un tanto agridulce y un país al que no creo que volvamos. Pero bueno, tampoco es que lo hayamos pasado mal mal eh? Tambien ha habido sus buenos momentos. Una cervecita en una terraza llena de locales que te sonríen y se sacan fotos contigo, una sonrisa de alguien que pasa a tu lado solo porque si, unos niños que te dicen "helloooo" y vienen corriendo a darte la mano para luego marcharse sonriendo avergonzadamente... Todo eso sigue existiendo aquí y la gente es amable en general, como en todo el Sureste Asiático. Quizá en Vietnam haya que simplemente escarbar un poco más para encontrarlo... 

Esto, a pesar de todo, para nada, pero para nada de nada, es la India...!

2 comentarios:

  1. Fent la mateixa ruta hem fet dos viatges terriblement diferents. Sapa no em va desagradar gens, i menys la ruta que vam fer a peu per les muntanyes. Si, la gent t'atabala una mica, però són amables. Ha Noi em va fascinar, l'aglomeració no m'espanta. Hue és bonic, però allí vaig veure seqüeles de la guerra prou bèsties, Hoi An si que em va semblar massa turística i Saigón terriblement agressiva. El Me Kong va ser per mi una revelació, i enfilar-lo en barca fins a Phnom Pen fou una experiència molt interessant. Ja ho veus, l'efecte Jauss? :) Una abraçada :)

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  2. Que es el efecto Jauss? Lo desconozco!!

    Bueno, eso es lo bueno que tiene viajar, cada uno lo vive y experimenta de forma diferente. Tambien a mi me va a "penalizar" en exceso la epoca del anyo en que estuve alli (pleno agosto) y el hecho de llevar ya 10 meses de viaje a las espaldas, que eso, quieras o no, tambien tiene su que

    Asi que nada, mismo pais, diferente resultado...

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