29 diciembre 2011

Momentos del 2011

Ahora que el año acaba y todo el mundo habla de los propósitos para el que está por venir, me quiero enfocar un poquito en este año que termina.

En un resumen rápido, para mí 2011 ha sido un año fantástico. Por eso quiero estar bastante alejado de esas opiniones catastrofistas de corren por ahí. Ya, ya sabemos que todo está muy mal y de que vamos a ir a peor, pero joder, ¡que dejen de recordarlo de una vez!

Mira que a mí 2011, como número en sí, no me gustaba nada al principio. Yo, maniático con la estética y la “redondez” de los números, prefería estilísticamente mucho más al 2010, un número “completo”, bonito, par, divisible, un número que se presta a jugar con él. 2010, compuesto por el 20 y el 10, los dos acabados en cero, el uno el doble del otro, el 2 y el 1, el primero y el segundo. Llegó el 2011 y me incomodaba. A ver donde meto tanto uno, pensaba ¡maldito 11!, me decía a mí mismo… Número primo, esquivo, solitario, tacaño, huraño, sólo divisible por si mismo... Ni siquiera juntándolo con el 20, par, estético y bello donde los haya, le hacía desaparecer su carácter de numero egocéntrico y preocupado únicamente por él mismo… No traerás nada bueno, pensaba para mi… ¡Me rompes toda la estética! Ya no eres el doble de nadie, ni la mitad del 20, me has comido el segundo cero, eres impar. ¡Maldito! Pues no, mira tú, va a ser que no. También me enseñó que no hay que prejuzgar, que hay que primero dejar hacer y después, evaluar. Y 2011 me encantó, tanto que me da pena que se vaya. Hasta llegué a encontrarle la simetría. El 20 y el 11. Dos números uno, ninguno en primer lugar, juntos, seguidos, uno y otro, otro y uno. Un poco como nosotros, dos magníficos números uno pululando por el mundo durante casi todo el año…

Durante muchos de los meses del año estuvimos en lugares donde lo que aquí no paramos de hablar, la crisis de las narices, no existe como concepto diferente a lo que es la vida diaria. Recuerdo todavía las palabras de un argentino que encontré en mi periplo sudamericano en el 2010 y me dijo: “Eso de la crisi lo inventaron uctedeee. Nosssotro acáaaaa, sempre ectuvimo asiiii…” Y me dejo muy pensativo. Después, un año entero en Asia me llevo a comprender que difícilmente podía explicarle a un campesino de Laos que trabaja recogiendo arroz de Sol a Sol en medio de campos infestados de sanguijuelas, que ahora en 2011 resulta que estábamos en crisis... Seguro que aunque habláramos el mismo idioma apenas me entendería, ya que hay conceptos que no son traducibles, ni siquiera imaginables en, digamos un 75% del “resto” del mundo. Sí, el mundo, eso que está ahí, fuera de nuestra burbuja protectora y que despectivamente clasificamos como “tercer mundo” o ahora que algunos tienen un poco más de dinero, llamamos “países en desarrollo”. Fino cinismo el nuestro…

Pues bien, para mí 2011, ¡genial! Año de viajes, de conocer, de explorar, de vivir, de leer cosas que me han hecho cambiar, de ver otros puntos de vista, de tratar de ser más tolerante, de saber valorar lo que tengo, del aquí y del ahora, de recuperar la escritura, ¡de disfrutar, de sentir, de vivir!

Viene 2012 y el número me gusta mucho. Me parece bello, estético, redondo, bonito, par, bisiesto, divisible por dos y por cuatro, generoso. Así que eso que ya tiene ganado de entrada. Creo que será igual o mejor que el anterior. ¡Lo creo de verdad!

Aquí va un resumencito del año en imágenes, con alguna foto de dónde estábamos en cada momento. Voy poco a poco, que hay muchas, así que los próximos posts irán llegando. De momento, Enero y Febrero, parece que fue ayer y ya ha pasado casi un año!!

¡¡Feliz 2012!!

Enero. India

Varanasi: la antigua Benarés, vacas por la calle, el Ganges, las cremaciones, gente, gente, gente. Una entrada en la India de lo mas intensa, no podía ser de otra manera...



Delhi: ¿Qué hay de nuevo en Nueva Delhi? Esa es la pregunta que nos hicimos durante 6 días para conseguir una simple respuesta: ¡Nada!


Agra: Turismo masivo, más gente, tuk-tukeros incansables, vendedores pesados y el Taj Majal, bonito si, pero tampoco para matarse por él...




Jaipur: "Oh mami take me home". Cuando los cachondos de los nepalíes me recitaron este mantra cambiado, nunca pensé que sólo poco tiempo más tarde entendería perfectamente su significado....



Puskhar: Un lugar tan sagrado que ni el sueño era respetado por las bodas. Allí conocimos a Alí Baba, aunque nos quedamos con las ganas de ver a los 40 ladrones...




Udaipur: Después de casi un mes de follones, broncas, tensión y estrés, en la romántica Udaipur encontramos un poco de calma, aunque solo un poco ¿eh?, que esto sigue siendo la India...



Febrero. India

Bombay: Solo fue una tarde, pero ver aceras, autobuses de dos pisos y el mar después de más de 4 meses nos hizo recuperar la esperanza en la especie humana... ¡No todo estaba perdido aún!



Goa: Sólo íbamos para unos días y nos quedamos 3 semanas. Playa, relax, el mar Arábigo, chill-out, indios graciosos, música, alquilar una moto, comer pizzas y pescado en la playa, cervecitas, correr detrás de los cangrejos, Shiva Moon, heladitos, yoga en la playa, saltimbanquis, vacas en la playa, ¿dije playa?. Al final no nos iba a quedar tan mal recuerdo de la India...

















Febrero. Tailandia. 

Bangkok: Retorno a la civilización. Si alguna vez alguien quisiera protagonizar la reedición de aquella españolada "La ciudad no es para mi" con el gran PMS (Paco Martínez Soria), que se vaya 5 meses a Nepal y a la India y después siga su viaje por Bangkok...






Texto: ©Iñaki Barettini
Fotos: ©Iñaki Barettini (inakibarettini@hotmail.com) y ©Elena Castillo (elenafcp@hotmail.com)

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