
One could not count the Moons that shimmer on her roofs.
And the Thousand Splendid Suns that hide behind their walls.
La primera vez que vi esta novela creo recordar que fue en Chiang Mai, en nuestra escapada viajera asiática de 2010-2011. O a lo mejor no y fue en cualquiera de las cientos de librerías de Thamel, en Katmandú, donde abundan los libros de segunda mano que van pasando de mochilero en mochilero. No lo sé. El caso es que por aquel entonces Kabul me parecía un lugar que apenas podía situar en un mapa y Afganistán poco menos que el centro mundial de la guerra, el desastre y el caos. A eso había que añadir un escritor de nombre impronunciable, por lo que la suma de todo hizo que esta novela no acabara de convencerme para dar el paso y ni la más bonita de las portadas (que lo era) hiciera decidirme por explorarla. Con el tiempo, quien sabe por qué, este país y este escritor se me volvieron a cruzar en el camino. Quizá casualidad, quizá no tanto, Khaled Hosseini y Afganistán se me presentaban en aquel momento para descubrirme un país y una gente ante la que ya nunca más volveré a ser indiferente.
And the Thousand Splendid Suns that hide behind their walls.
La primera vez que vi esta novela creo recordar que fue en Chiang Mai, en nuestra escapada viajera asiática de 2010-2011. O a lo mejor no y fue en cualquiera de las cientos de librerías de Thamel, en Katmandú, donde abundan los libros de segunda mano que van pasando de mochilero en mochilero. No lo sé. El caso es que por aquel entonces Kabul me parecía un lugar que apenas podía situar en un mapa y Afganistán poco menos que el centro mundial de la guerra, el desastre y el caos. A eso había que añadir un escritor de nombre impronunciable, por lo que la suma de todo hizo que esta novela no acabara de convencerme para dar el paso y ni la más bonita de las portadas (que lo era) hiciera decidirme por explorarla. Con el tiempo, quien sabe por qué, este país y este escritor se me volvieron a cruzar en el camino. Quizá casualidad, quizá no tanto, Khaled Hosseini y Afganistán se me presentaban en aquel momento para descubrirme un país y una gente ante la que ya nunca más volveré a ser indiferente.