15 mayo 2012

Rivert, tesoro perdido en el Pallars

Retomo mis posts montañeros o bicicleteros, donde el positivismo está más presente que la cruda realidad. Bueno, mi realidad ahora también es esta, así que venga, no demoremos más como dicen los latinos y al lío.

Tengo pendiente escribir algunas cosillas de mis últimas aventuras ciclistas. La primera de ellas es mi llegada a Rivert desde Salàs, por fin, aunque pueda parecer poca cosa, ya que son solo 8 kilómetros por una carretera totalmente asfaltada, pero entre que la primera vez me pilló la tormenta y la segunda me fui por donde no era acabando en el pueblo de Toralla, pues no fue hasta la tercera y vencida que encontré este magnífico pueblo.


Dicen que las cosas buenas se hacen esperar. Pues esto me pasó a mi con Rivert. 

Rivert es un lugar mágico, escondido entre un barranco del que sale un agua verde, pura, fresca y cristalina, con casitas de esas de pueblo de toda la vida y otras reformadas muy cucamente. Tiene una iglesia románica renovada que es una maravilla y pasear por sus calles empedradas, sin apenas nadie, pasando por casonas de piedra y viendo por el rabillo del ojo, entre los visillos (la vella de lo visil)  los resplandores de la televisión en algunos hogares, uno tiene la sensación de que ha llegado a un lugar de cuento donde se ha detenido el tiempo, o que todos los días son domingo por la tarde y que la vida transcurre plácida y sin sobresaltos, envuelta entre el ruido de fondo de unas aguas que bajan violentas por el barranco, colándose por entre las acequias, las fuentes y los estanques para ir a morir a la cascada del otro lado del pueblo.

Poco hay que hacer en Rivert, con pasear y meterte de lleno en esa atmósfera en la que pareces retroceder 5 décadas en el tiempo ya es suficiente. Con charlar despreocupadamente con algún lugareño o lugareña acerca de por dónde viene la luz, de si este año baja más o menos agua de lo normal, o de cuando es la fiesta mayor, ya son de por si experiencias que no puedes obtener en otro lugar. A veces uno piensa erróneamente que ya todo se perdió y la realidad, gracias a dios, o a quien sea, se encarga de darle la vuelta y dibujar un pequeño rayito de luz, para decirte que aún sigue habiendo esperanza, que quizá no sea demasiado tarde, que aún puede que todo no esté perdido, mientras existan esos rincones con encanto de los que tanto hablan los folletos publicitarios turísticos de rigor.

Aunque quizá lo mejor del asunto sea descubrir que es verdad, que sí, que existen esos rincones con encanto, perdidos y olvidados, y que por eso precisamente es tan difícil encontrarlos. Y que por favor, por favor, dios nos libre de que algún día aparezcan en los folletos esos que dije antes.

Aquí van las fotos. Lo de la imagen y las mil palabras aquí cuadra de maravilla. Pues bien, no diré nada, que hablen ellas, pero esta es una de las veces en las que no paro de recrearme en las fotos y no dejo de sorprenderme de los colores, los matices, los detalles, de la vida y de los aromas que ellas solas ya desprenden....



2 comentarios:

  1. Muchas gracias por tu visita a nuestro rincon del paraiso...
    No se lo digas a muchos...
    Saludus desde Rivert
    Www.rivert.org

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  2. Noooo, no se lo dire a nadie, aunque bueno, un poco de gente que venga por el Pallars tampoco estara mal no??

    Saludos y seguir adelante con la Web!

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