31 agosto 2012

Liberar emociones


Hace ya unas semamas que sigo esta página de Facebook y me gusta mucho. Habla de cosas sencillas, de palabras hermosas, de creer en uno mismo, de ser positivo, de primero creer para después llegar a ver, de vivir el presente, de dejar de juzgarse, de darse tiempo, de ser generoso, de quererse y de amar, a los demás y a uno mismo. De paz interior, de quietud, de búsqueda, de calma, de sosiego.

Me gusta compartir todas estas cosas, sobre todo con aquellas personas que saben valorar lo positivo de la vida. También las quiero compartir conmigo mismo, para recordarlas, tenerlas ahí, como un mantra, para los momentos oscuros, para cuando las nubes vienen a encapotarnos el cielo y la mente, para cuando otros nos hieren, o para cuando herimos nosotros a otros... Al final, es más sencillo de lo que parece, ya que por encima de las nubes siempre luce el Sol.

Imágenes, cuentos, fábulas, pequeñas historias que todas encierran algo bello y digno de ser leido. Todas hacen que me detenga, que pare el mundo a mi alrededor, que me de ese tiempo que SI tengo pero que NO me concedo. Para crecer, para creer, para sentir, para vivir...
















- ¿Podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
- Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar –dijo el Gato.
- No me importa mucho el sitio… –dijo Alicia.
- Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes – dijo el Gato.
- … siempre que llegue a alguna parte –añadió Alicia como explicación.
- ¡Oh, siempre llegarás a alguna parte –aseguró el Gato-, si caminas lo suficiente!











Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Hay que cerrar círculos, puertas, capítulos como quieras llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida...

Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente preguntándote el porqué de las cosas, ¿como sucedió
y por qué? Y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste sería infinito porque en la vida se trata de terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente mirando el pasado, ni siquiera preguntándonos el porqué de las cosas. Lo que sucedió, sucedió y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni tener vínculos con quien no queremos estar vinculados. Los hechos pasan y hay que dejarlos ir… Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.













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