Energías, meditaciones y clases de alemán

Puede que haya gente que no crea lo que voy a contar ahora. Yo hace tiempo tampoco lo creía.

Me da igual.

Imagínate la película. Amanece otro día. Te levantas. Compruebas que después de más de un mes, sale el Sol por tu ventana, esta vez sin ser ninguna metáfora poética. Dices, que bien, hoy podré hacer esa salida montañera tantos días pospuesta. Por fin!

Pues no. Hoy resulta que el día sí que es el adecuado, pero tu cuerpo dice que hoy no toca. Que la edad no perdona y los achaques varios se han unido en el mismo día para ir a una manifestación todos juntos. Una especie de marea blanca interior que te recuerda que ya no tienes 20 años, sino justo 2 veces esa cantidad.

Bien. Bueno, bien no, mal. Te resignas, ¿qué vas a hacer?

Entonces planificas el día de otra forma. Total, ya habrá otros días, aunque el futuro nadie lo sabe. Quizá mañana no exista ya, no esté escrito, el Ajmadineyab o como se llame el iraní ese de los huevos, o al coreano otro loco ese del Ping Pyon Yan, les da por pegar un pepino,apretar el botón y ale!, todos a la mierda. O vete a saber si no caerá un meteorito unos grados de latitud más abajo. Es curioso el tema de los meteoritos, parecen tener especial predilección por caer en Siberia. ¿Será el vodka? Quien sabe…

Como iba diciendo, igual mañana no existe, pero no puedes hacer nada. Por tanto como gran alternativa a tu día te dedicas a hacer esas llamadas que tienes pendientes siempre para el lunes próximo. Ah joder, que hoy es lunes! No hay escapatoria entonces.

Unas cuantas llamadas más que no te aclaran nada y que generan nuevas llamadas pendientes a realizar (quizá el próximo lunes, seguro vaya, pero este sí que no) decides que ya es hora de ponerte a hacer algo productivo. Y es entonces cuando te pones con el alemán. No no, no es ese amigo de un amigo que ha venido a la ciudad y no sabe qué hacer con su tiempo y te piden que lo lleves por ahí a ver museos y parques. Me refiero a EL Alemán, con mayúscula, si si. El Deutsch, ese idioma casi impronunciable con más consonantes seguidas por milímetro cuadrado de papel en el mundo. El mismo de Goethe, Beethoven, Einstein, y unos cuantos majetes más. En fin, que li farem que dicen los catalanes (idioma mucho más fácil por supuesto, y que no se me ofenda nadie…)

Bueno, el día transcurre, paras para comer, te relajas lo que puedes, ves por la tele como al tonto de Sergio Ramos lo han vuelto a expulsar, como el mauriño sigue siendo mauriño y decides que el mundo sigue igual, que puedes apagar el Fernseheapparat y volver tranquilamente a la silla de castiguen por un par de horitas más (Hei!!, Arrrh!)

Pasan esas dos horas, ya llevas Fünf Stunde con el Deutsch de los cuyons y decides que hay que parar de verdad. Poco a poco sin darte cuenta te has ido calentando a lo largo del día y ahora eres capaz de cagarte unas zweihundertneunundfünfzig de veces en la madre que parió al que invento los idiomas. Como dijo un amigo mio, esto de los idiomas y las diferentes horas en el mundo son mariconadas. Lo mejor, todos a hablar español y que siempre sean la una de la tarde. Así nos dejamos de líos y a tomar pol culo! Joder, qué fenómeno!

Como ya vas más cargado que si te hubieras tomado 5 gintonics a lo bilbaino (vaso ancho, rodaja de limon, etc), decides ir a dar una vuelta a la calle a comprar algo, con tan mala suerte que sin darte cuenta, tus pasos te llevan y te metes en un Lidl. ¡Qué espectáculo! Salchichas WurstBurst gigantes, pan Brötchen en envases industriales y Kartoffeln Salate rodeándote por todas partes. En la caja, 2 alemanes de 2x2 metros hacen cola y te sonríen con un bigotazo que ni Maclau. Dios! ¿Habrán llegado los OVNIS y me habrán teletransportado a Berlín así sin darme cuenta? Que nooo, que todavía no me voy!!! Total que al llegar a casa llevas ya una carga encima que no sabes dónde meterte y si habrá suficientes kilómetros de pared para poder subirte por todas ellas de una sola tacada.

Y es aquí donde entra lo que dije que mucha gente no creerá. Me cuesta decidirme pero tengo que meterme en mi “sala” meditativa. Preparo mi música, la colchoneta, enciendo un incienso y me sumerjo en los cantos de los mojes budistas del valle de Katmandú. Poco a poco mi nivel de energía comienza a decrecer. Lo voy notando, como un halo de “no sé qué” va saliendo poco a poco de mi cuerpo, como las emociones del día se van disipando lenta pero inexorablemente y como después de 30 minutos de estiramientos combinados con algo de yoga, soy capaz de estar relajado como para tirarme 20 minutos en “japaneese position” meditando. Bueno, lo de meditando para el que no lo sepa, no es pensar en las cosas que has hecho durante el día, porque si así hubiera sido tendría que haber salido corriendo en zwei minuten. Se trata más bien de intentar darte cuenta de que nada de lo que hay fuera tiene que molestarte, que ese tiempo es aquí y ahora para ti y nadie más, que tú eres lo más importante y que aunque se oigan ruidos, gente, radios, teles, móviles que suenan, lo que sea, nada importa, todo está bien, no hay prisa, no existe antes ni después, sólo ahora.

Y os aseguro que levantarse de esa casi hora de relajación-meditación ha sido lo mejor que me ha pasado hoy. Porque lo necesitaba, porque he notado bajar la energía dentro de mí, porque no sé cómo se puede expresar ese concepto a nivel físico, y la verdad, es que ya ni me interesa. Solo sé que es así y que así lo siento. Y eso es lo que importa. Las formulas déjalas para los matemáticos, que seguro algún día también necesitaran de quitarse de tanta energía como tienen en sus humeantes cerebritos.

Y ya está. Neunhundertunddrei worten después, me encuentro a mi mismo, en paz y así puedo decir por fin Auf wiedersehen al estrés. Heute (Por hoy). Ya veremos mañana como sale la cosa.

"Mit freundlichen Grüßen! (o como c. se diga…)

PD: igual me he comido el Um-laut en alguna palabreja, pero oye, que estoy empezando!!