Que grandes que se ven los Nilgiris! |
A veces la montaña puede parecer un extraño entretenimiento; una dura y exotica actividad que ni el peor de los masoquistas se atreveria alguna vez a probar... Y es que como si no podria definirse el hecho, de que despues de llevar ya mas de 20 dias de frio, altitud y humedad, de soportar ese peso agotador sobre los hombros, de penosos alojamientos para nuestros sufridos musculos y huesos... y de no se cuantas otras calamidades mas....pues bien, como puede entenderse entonces, que lo realizado hasta ahora parezca que no sirva para nada y haya que volver a subir en los proximos dias, todo lo que con tanto esfuerzo y sufrimiento ya habiamos subido y despues bajado?
Menos se entiende aun si tenemos en cuenta el hecho de haber llegado ya a la civilizacion; Tatopani, un pequeño village a poca altura, centro neuralgico de las villas de alrededor, con un clima mas benigno y donde el final del circuito se encuentra tan solo a dos dias de camino, casi todo cuesta abajo...Una tentacion de la que no resulta facil escabullirse...
Un alto en el camino... |
Pero la montaña es asi...es todo eso y mucho mas...Es un sentimiento inexplicable, una atraccion adictiva y casi enfermiza, un permanente reto por completar nuevas rutas, por hallar nuevos caminos, por descubrir nuevos valles, nuevas cimas...; un circulo vicioso sin fin que te atrae y te engulle, pidiendote siempre mas y mas... Y nosotros, pobres esclavos de sus caprichos, no tenemos mas remedio que ceder a su voluntad y pagar con esfuerzo, sudor, y cansancio, el peaje que nos impone para desvelar sus secretos. Asi ha sido, asi es y asi sera, con los miles y miles de atraidos por su llamada, por igual para todos, por siempre y para siempre... Y con esa idea en mente, nuestro volver a empezar quiza pueda entenderse un poco mejor...
Que quede claro que aqui atendemos a todo el mundo! |
Dejamos el pueblo de Tatopani, donde no hemos podido disfrutar de sus "Hot Springs" por estar fuera de servicio. Parece ser que hoy era el dia que tocaba limpieza. Y casi mejor, ya que efectivamente comprobamos lo acuciante de la misma despues de ver unas aguas ni cristalinas ni transparentes...Asi que, con la vista de los Nilgiris a nuestras espaldas, comienza una dura y fatigosa subida remontando todo un valle, camino de Sikha, punto intermedio de la ruta a Ghorepani. Por el camino nos encontramos con un paisaje muy diferente del de los ultimos dias. Campos de arroz y arboles frutales han vuelto a aparecer a medida que disminuye la altitud. Todo es verde y floreciente, con un Sol magnifico y sin apenas nubes en el horizonte...Y todo ello contrasta con unas formidables vistas de estas gigantescas montañas nevadas de ocho mil metros, todo ello en menos de 30 kilometros a la redonda....Podemos comprobar el resultado de tan magnifica naturaleza, al ser abordados por niños durante toda la mañana vendiendonos sabrosisimas y baratisimas mandarinas de sus casas, al grito de "oranges, oranges...??? y que nos hacen la subida mas llevadera e incluso hasta cierto punto, mas divertida...
Precioso Dhaulagiri! |
Llegamos a nuestro destino y nos alojamos en un coqueto lodge con vistas de esas de postal. Compartimos cena por la noche con unos adolescentes americanos a los que apenas les sacamos algo mas que un timido "Hello...", una pareja madre-hija de eslovacas y un extraño y solitario suizo que intenta explorar sus opciones con la hija de la eslovaca...o quiza con la madre, nunca se sabe...
Que mas puedo decir? |
Cuando el atardecer colorea en rojo las cimas del Dhaulagiri, hermosa montaña blanca que hace honor a su nombre en sanscrito, respondo una vez mas a mis dudas y preguntas, y vuelvo a sentirme afortunado, por no haber abandonado demasiado pronto y haber sabido elegir, de entre todos, el camino mas dificil....
Una vez mas...
Un bello atardecer |
Punta Tuckuche, algun dia, algun dia... |
Fotos: ©Iñaki Barettini (inakibarettini@hotmail.com) y ©Elena Castillo (elenafcp@hotmail.com)
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